“Todos los caminos llevan a Río”, dijo el Cardenal Stanislaw Rylko, Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, a los miembros del Comité Organizador Local, en uno de los encuentros para la organización de la Jornada Mundial de la Juventud. Y de hecho eso es lo que está sucediendo. Públicos diversificados son esperados en la ciudad. Solamente en este año, la capital carioca recibirá dos grandes eventos internacionales con una demanda significativa de turistas de diferentes nacionalidades: la Copa de las Confederaciones y la JMJ Río2013.
Realizada un mes antes de la JMJ, la Copa de las Confederaciones es un torneo de fútbol organizado por la FIFA. Son aproximadamente 8 selecciones participantes compitiendo por la copa. En la JMJ son esperados aproximadamente 2 millones de peregrinos. Aparte de estos dos grandes eventos, la ciudad de Río también será escenario de la Copa del Mundo 2014 y de las Olimpiadas 2016.
No es por nada que la ciudad fue elegida para ser sede de estos grandes eventos. La capital carioca está viviendo un buen momento y se prepara con ahínco para hacer lo mejor en todas estas ocasiones. Y ya mostró de lo que es capaz. El año pasado, Río recibió a jefes de estado y diplomáticos de 193 países para la Conferencia de la ONU de Desarrollo Sostenible, Río +20. Y el balance del evento, según las autoridades, fue muy positivo.
El trabajo conjunto de la Archidiócesis de Río y de todas las esferas de gobierno: federal, estatal y municipal, tiene como objetivo acoger de la mejor manera posible a los peregrinos y voluntarios del encuentro de la Juventud con el Papa. Los cuidados pasan por la seguridad, red hotelera y transporte público, entre otros factores.
El gobierno, en sus diferentes instancias ha invertido para garantizar un Río de Janeiro cada vez más seguro. Muchas comunidades ya han pasado por el proceso de pacificación. De acuerdo con las autoridades federales, estatales y municipales, durante la JMJ Río tendrá un esquema especial de seguridad para garantizar en todos los aspectos el éxito del evento.
Vale la pena resaltar que la Ciudad Maravillosa ya cuenta con una política propia para eventos de grandes masas. El Carnaval de calle, que se vive todos los años en la ciudad durante cinco días seguidos, atrae aproximadamente seis millones de carnavaleros, en un contexto más desafiador que el del evento católico debido a la naturaleza de la festividad, ya que en esos días los participantes llegan a ser estimulados a consumir bebidas alcohólicas. Aparte de eso, las autoridades, que participaron de la última edición del evento en Madrid, aprendieron la cultura de la JMJ e intercambiaron experiencias con el gobierno madrileño.
La Ciudad Maravillosa, elegida el año pasado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, espera con los brazos abiertos a los turistas, peregrinos, participantes, voluntarios y autoridades de estos grandes eventos en los próximos años, con el símbolo máximo de la ciudad, el Cristo Redentor. ¡Vale la pena seguir este camino que nos lleva a Río!
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